martes, 16 de septiembre de 2008

Hacer el payaso

Todos tenemos una parte escondida que se dedica a hacer... el clown. De hecho, el papel de clown no es más que la representación hiperbólica de diferentes circunstancias que podemos experimentar a diario... Yo, tengo que admitir que a lo largo del día... hago mucho... el clown (por no decir...)



Y la verdad, no me avergüenzo de ello... me diverte e intento divertir a los demás. Qué triste sería formar parte del hieratismo egipcio... el concepto de belleza tiene un componente muy importante: la expresividad. No olvidemos que una persona es lo que expresa...



¿Dónde guardáis esa nariz roja? Algunos se gastan el dinero en rinoplastias (incluso lo hacen si saber la etimología exacta de la palabra en sí), otros se la agujerea con aros, brillantes...



Yo, por el contrario, me dedico a hacerme fotos con ella...

sábado, 6 de septiembre de 2008

El Hombre del Saco


No hay nada como quedarse sola en casa... por la noche, cuando todos los muebles crujen, escuchas los pasos de las personas que deambulan ebrias por la calle "a las tantas"... y esperas, con la cabeza medio tapada entre las sábanas de Spiderman, la visita del tan conocido "Hombre del saco". El "Hombre del saco", es un hombre, peculiar... con un saco, claro, de ahí "El Hombre del saco", pero... ¿realmente su profesión es cargar con un saco y asustar a la gente jodiéndole el sueño de la noche? Pues, para desengañaros a todos los que habéis sufrido este trauma infantil, voy a despellejar el mito y a contar cómo fue mi experiencia con él.

Fue anoche, justamente después de cenar con unos amigos por el centro de Madrid. El vino todavía circulaba en vena y estaba sola en casa. Entonces se me ocurrió desafiarle, sí, a él, al Hombre del Saco. LLamé a la puerta de mi armario, donde se esconde entre los vestidos y las chaquetas de entretiempo, y pregunté si estaba ocupado. Me dijo que en principio no, pero que luego más tarde, sí que tendría algunos asuntillos que zanjar por el barrio... no sabía que con mi perspicaz sentido de la comunicación, dejaría esos asuntos para jugar conmigo a una partida de ajedrez nocturna...

En fin, salió del armario (literalmente), le serví un chatillo de vino dulce, de León, por ejemplo, cuando sin decirle nada empezó a contarme que estaba cansado de su profesión. Que eso de asustar a niños no era rentable, porque luego toda la pasta se la llevaban los psicólogos infantiles... y no tan infantiles. El horario nocturno le estaba matando y por la mañana dejaba siempre sola a la pobre "Mujer del saco". Su relación estaba casi acabada. Ella esperaba cada verano esas vacaciones tan merecidas. Estaba tan cansada... de despedazar cadáveres de niños por el día, mientras su marido dormía plácidamente...

Fue una noche larga hasta que amaneció... ¿o ya había amanecido? En cualquier caso, acabamos con la botella y con algunas conclusiones. Entonces, el Hombre del saco supo que lo que siempre había querido era dedicarse a plantar árboles y hacer aviones de papel...

Terminamos en "Tabla" ¿no?... la partida, digo.

martes, 2 de septiembre de 2008

Pensar en hacer la maleta

Preparar una maleta tiene "su aquél"...

Algunas personas le dedican días, otras horas y yo... 5 minutos, lo imprescindible. Siempre recordaré mi primer viaje. Ese viaje de más de un día, la primera vez que dormiría en una cama extraña. Ahora a mi edad no es "tan inusual"... de hecho, puedes acostumbrarte a ello sin tener que llegar a una rutina cansina. En aquel tiempo cumplía 12 años y debía llamar a mi madre todos los días, de esos 6 que pasaría fuera, a la misma hora. El móvil todavía no había llegado a mis manos... y menos mal, porque tener facturas mensuales de 100 euros con 12 años... Ahora, desde que vivo en Madrid y dejé los doce muy a la espalda, pasan los días y es mi madre la que llama recordándome cómo se debe hacer la maleta:
  1. Bien dobladita la Seguridad, junto a la ropa interior... y los calcetines.
  2. Como no se debe llevar botes de champú y gel mayor de 220ml., tenemos espacio para encajar un frasquito de Optimismo con hidratación para todo tipos de pieles. Cuidado con no impregnar el cepillo de dientes...
  3. La Curiosidad puede llevarse en el equipaje de mano, pero prefiero guardarla junto a los pantalones vaqueros y las minifaldas veraniegas.
  4. No debemos olvidar la Paciencia y dejar en casa, colgados en las profundidades del armario, el despotismo, el egocentrismo y el pasotismo... que sé que muchas veces podemos pensar que nos quedan de maravilla, incluso para salir de fiesta y en el trabajo...
  5. Por último, una Sonrisa, la guardamos cubriendo todo lo que lleva nuestra maleta para que nada se arrugue y tengamos que estar con la jodida planchita...
Gracias mamá... ¿A qué hora llamarás hoy?